*Datos de 2019 – CRDO Ribeira Sacra
La originalidad física y los parámetros climáticos, caracterizados por un microclima atlántico consistente en la suavidad de las temperaturas a lo largo de todo o año, ambiente contrastado y seco con una fuerte insolación, produjo el desarrollo de un particular aprovechamiento agrícola: La viticultura, que se caracteriza por el cultivo de la uva en bancales influenciando el paisaje de la ribera a lo largo de los siglos, construyendo las “muras” para asegurar la tierra y aprovechar mejor el terreno. Debido a la sacrificada labor de producción y escasa mecanización, recibe el nombre de “viticultura heroica”.
*Datos de 2019 – CRDO Ribeira Sacra
Se cree que la vid fue introducida en la comarca durante la conquista romana de Gallaecia. Pero la gran expansión del viñedo se realizó con las colonizaciones monásticas medievales desde el s. VI. Las comunidades monásticas, principalmente benedictinas, tenían la misión de repoblar las tierras yermas y convertirlas en fértiles y productivas.
Con el paso del tiempo estos cenobios arriendan las tierras a los campesinos que, atraídos por las posibilidades económicas de este cultivo, explotan este recurso y sacan rentabilidad vendiendo el vino como producto de lujo en ferias y ciudades, alcanzando su mayor apogeo en los siglos XII y XIII.
En la actualidad, el vino se ha convertido en un importante motor de la economía del municipio. Conocido en todo o mundo, es uno de sus principales exponentes también a nivel turístico.
El vino de Chantada y el entorno en el que se produce, conocidos en todo el mundo, tienen una gran importancia en el municipio tanto económica como turísticamente.
La Denominación de Origen Ribeira Sacra, se aprobó en 1996, y comprende 5 subzonas: Amandi, Ribeiras do Miño, Quiroga-Bibei, Chantada y Ribeiras do Sil.
La Subzona de Chantada comprende un total de diez parroquias: Pedrafita, Pesqueiras, San Fiz, Belesar, San Pedro, Camporramiro, Santiago da Riba, A Sariña, Nogueira y Sabadelle.
La variedad Mencía es la más cultivada entre las tintas, pero también se cultivan Brancellao, Merenzao, Sousón, Caíño Tinto, Caíño Longo y Caíño Bravo como preferentes y Garnacha Tintureira, Mouratón, Tempranillo y Gran Negro como autorizadas. En las cepas cultivadas para los vinos blancos encontramos Godello, Albariño, Loureira, Treixadura, Dona Branca, Torrontés, Branca Lexítima y Caíño Branco.